Nos encontramos en esa época del año en la que ya empieza a calentar el sol y en determinados momentos y lugares debemos recurrir al sistema de aire acondicionado de nuestro vehículo. Nos podemos llevar una sorpresa, no sale aire suficiente o huele fatal. El sistema de aire acondicionado está formado por varios componentes que hacen que disfrutemos de un viaje confortable. Uno de ellos, que podemos pensar es el menos importante puede hacer que esa sorpresa se haga realidad: el filtro antipolen.
Que es el filtro antipolen:
El filtro antipolen o filtro de habitáculo se encarga de mantener limpio el aire del interior del vehículo. Este filtro tiene una vida limitada y cuando se satura debemos de cambiarlo, evitando también la aparición de nuevas averías. Con el paso del tiempo, se engrasa de forma natural y acaba por obstruir el paso del aire exterior al interior del habitáculo. El momento más adecuado para cambiarlo es la primavera. La duración aproximada es de un año, aunque varía según el entorno que frecuentemos y el uso que le demos al vehículo.
El filtro del habitáculo se encarga de garantizar un mínimo de calidad en el aire del interior del coche. Para ello debe retener las partículas de polvo y polen que puedan entrar por el sistema de ventilación del coche. También filtra los gases que pueden estar en el aire provenientes del tubo de escape de otros coches. El filtro del habitáculo puede encontrarse en diferentes lugares: en el compartimento del motor, bajo los limpiaparabrisas, bajo la guantera o cerca del pedal del acelerador, etc.
Síntomas de un filtro sucio:
El ventilador de aire del habitáculo parece haber perdido mucha potencia y surgen ruidos extraños.
Aparecen olores fuertes en el interior del coche, sobre todo nada más encender el climatizador.
Los cristales se empañan con frecuencia o es más difícil desempañarlos.
El aire acondicionado parece enfriar menos de lo habitual.
Consecuencias/Averías de un filtro sucio:
Averías en el ventilador del habitáculo, puede llegar a sobre calentarse, rompiéndose la resistencia del ventilador e incluso el motor completo.
El viaje se hace menos ameno y aparecen reacciones alérgicas.
El compresor de aire acondicionado puede verse forzado. Al notar que enfría menos, le demandamos más trabajo al reducir en el cuadro de instrumentos del vehículo la temperatura.